Reseña: Ciencia politizada: ¿Es posible tener nuestra propia ciencia? Por. Aidaliz Guarisma M.

“Hay científicos cuya sensibilidad política los lleva a rechazar el sistema social reinante en nuestro país y en toda Latinoamérica. Lo consideran irracional, suicida e injusto de forma y fondo; no creen que simples reformas o ‘desarrollo’ puedan curar sus males, sino sólo disimular sus síntomas más visibles. No aceptan sus normas y valores -copiados servilmente, para colmo, de modelos extranjeros- no aceptan el papel que el sistema les asigna, de ciegos proveedores de instrumentos para uso de cualquiera que pueda pagarlos, y hasta sospechan de la pureza y neutralidad de la ciencia pura y de la infalibilidad y apoliticismo de las élites científicas internacionales al imponer temas, métodos y criterios de evaluación.”

Oscar Varsavsky en “Ciencia, Política y Cientificismo”.

Tal y como lo presenta Varsavsky en su planteamiento, estos científicos que de algún modo se asumen rebeldes, se ubican en una disyuntiva que consiste en optar por seguir funcionando como un sujeto más del sistema o, despojarse de su oficio y sumar esfuerzos para que realmente se de el cambio social, es decir, dejar el oficio de científico para dedicarse a ser militante político. El comportamiento generalizado ante esta situación, ha sido distribuir las actividades a ambas actividades, lo cual termina siendo estéril y casi disociado una de la otra.

Esa disyuntiva tiene otro elemento que consiste en afirmar que la ciencia puede ser un medio para promover el cambio de sistema, a nivel de lucha por el poder así como a nivel de implantación de lo que será sustituido por el poder establecido.

El hacer de la ciencia un medio para transformar el sistema, demanda un esfuerzo de adapatación bastante arduo por parte de los científicos, quizás algo más loable que abandonar la ciencia completamente, pues a juicio de Varsavsky, es mucho más dura la calificación de “Pseudocientífico” que la de “Ex – científico”, además que eso que conocemos como ciencia universal se encuentra tan engranada con el sistema social hegemónico que cualquier esfuerzo por cambiarla y desarrollar la investigación en función de ese cambio, puede originar no sólo una ciencia revolucionaria sino también revolucionada.

Así pues, el científico pasa a ser un científico rebelde cuyo propósito es estudiar con rigurosidad todas las herramientas de la ciencia, los problemas de cambio del sistema social en todas y cada una de sus etapas en todos sus aspectos tanto teóricos como prácticos. A decir de Varsavsky, eso es hacer ciencia politizada.

Ciencia-Politizada

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Agosto 2017